MEDITACIONES CON CRISTALES MAESTROS I
Sábados 28 de febrero y 7 de marzo
HAN MARIE
En el Universo todo vibra, el movimiento caracteriza nuestras células, los átomos se mueven en toda la materia, y el movimiento, las estructuras que forman al moverse y juntarse un número de átomos, es lo que forma una u otra clase de materia.
En la naturaleza, los diferentes cristales que se forman, en piedras preciosas y semipreciosas, los caracterizan con un color, una dureza, una forma.
En nuestro cuerpo se produce un proceso similar, según el tipo de átomos y la manera de juntarse dan lugar a un tipo de células que estructuradas y especializadas de una u otra manera, dan lugar a uno u otro órgano o víscera.
La ley de la resonancia nos dice que al poner dos “cosas” que vibran de manera diferente, una de ellas acabará cediendo a la vibración de la otra. De manera sutil lo vemos con las emociones, cuando estamos al lado de una persona enfadada mucho tiempo acabamos igual, o de una persona optimista o alguien cansado… la sabiduría popular también nos dice “dos que comparten colchón se vuelven de la misma condición”… todo ello nos habla de la Ley de la Resonancia.
Por lo tanto, si aplicamos determinados cristales que vibran con determinadas características sobre un órgano enfermo o dolorido, o aplicamos el cristal adecuado a alguien cuyo estado emocional no le es favorable, por la Ley de la Resonancia, haremos que aquello que vibra incorrectamente, cambie a un movimiento vibratorio armónico. Y aunque no esté en una situación o movimiento negativo, siempre podremos armonizarlo para dar un paso a mejor.
Siempre se nos ha hablado de “cuarzos de la suerte” “piedras del amor” “cristales de protección”…. Los cristales non actúan según la “magia” sino las leyes naturales, la vibración más limpia y sutil que debería tener nuestro cuerpo sin enfermar, sin estar saturado de energía eléctrica de los aparatos que nos rodean, química que aplican a nuestros alimentos para que produzcan más y mejor, stress mental.
Todas estas fuentes que nos alteran exteriormente no van a desaparecer, pero podemos mejorar sustancialmente cómo nos encontramos y el proceso de envejecimiento y deterioro de nuestros órganos y emociones, sabiendo qué elementos tiene la naturaleza para recordarnos la armonía con la que fuimos creados.
En talleres previos, hemos conocido cristales que con su peculiar vibración favorecen nuestra sanación y mejoran el estado de nuestra mente y emociones, pero en esta ocasión iremos un paso más allá.
Algunos de estos maravillosos hermanos cristales, poseen una vibración mucho más elevada, por la profundidad y condiciones en que se gestaron, mantienen un contacto con el lado más profundo de la Tierra, de Gaia, y muchos de ellos poseen formas que nuestro subconsciente y nuestro espiritual entienden como puertas seguras para entrar en las zonas de nuestro cerebro y del Universo, antes no exploradas.
Cristales que vivieron épocas pasadas y pueden transmitirnos las vivencias de otras generaciones de la Humanidad y el aprendizaje paralelo que vivimos, cristales que nos conectan con la vida más pura de la naturaleza, cristales que nos conectan con la parte más pura de nosotros mismos, cristales que nos acercan a todos los seres de luz que en otras dimensiones y con vibración mucho más pura, nos acompañan.
Con ellos trabajaremos en este curso-taller dividido en dos días. El primero, conoceremos quienes son, sus características especiales, nos acercaremos a ellos y puesto que cada uno de estos Cristales Maestros es único, con una misión propia con nosotros y el planeta, dejaremos que sean ellos quienes elijan a cada uno de vosotros. Cada alumno, con su cristal, aprenderá durante la semana que queda hasta el segundo día del curso, en el que se retornarán los cristales, compartiremos experiencias y podremos experimentar meditando con los otros Cristales Maestros.